jueves, 28 de enero de 2010

CUANDO DECIDÍ SER HUMANO (Fragmento)


Las lágrimas brotaban de mis ojos sin que las pudiera controlar, me quejaba, lloraba pero nadie me escuchaba. “Es mi decisión, es mi decisión” me repetía. Me sentí frágil, estúpido; era tortura pero ya no había marcha atrás. Tomé mi ala derecha y la arranqué. Tuve que jalarla dos veces, las fuerzas me faltaron y el dolor me estremeció. A la segunda vez y con el ala en la mano, caí al suelo, sangrando, llorando, tendido solo. Pensé que iba a sufrir para siempre, pensé que iba a morir y todavía no vivía.

Tirado ahí descubrí la culpa, el arrepentimiento, la angustia. Supe por fin de qué hablaban los humanos cuando lo describían.

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