martes, 21 de julio de 2015

Una carga especial

Ya he molestado a algunos de mis ayeres cargándolos con un poco de material extra llamado "publicidad". Este mundo es algo complicado, por lo menos en los escenarios en los que me he estado moviendo en los últimos 8 años. Una de las cosas que más me incomodan son las percepciones y esto está plagado de ellas. Te conviertes en millones de voces, hablas en diferentes lenguajes, te metes a la psique de las marcas, hablando por ellas, creando historias, convenciendo a las audiencias, incluso llegas a crear farsas por órdenes directas de quienes manejan los hilos más arriba, aquellos que están en los pent house, y que sólo salen cuando existen festejos, reconocimientos ajenos o la simple necesidad de relacionarse públicamente para ser notados. La frase tan sonada de que a la publicidad la odias o la amas, me sonaba burda, vacía, sin una necesidad real de analizar, la razón es porque encontraba la pasión en lo que hacía. Crear una historia desde mi cabeza con un objetivo, más allá del simple reconocimiento, era lo que hacía convertirme en agua y adoptar la forma de lo que tenía enfrente. Ya sea la una botella de whisky, como una consola de videojuegos, incluso hasta la de una experiencia de un hotel fuera de lo convencional. Amoldado por la pasión de comunicar historias llenas de mensaje, acercarme a un convencimiento y lograrlo, era lo mejor, sigue siendo, pero ya no en el mismo porcentaje, ni siquiera en las mismas dimensiones. El reconocimiento es importante, ganar un premio de creatividad, de estrategia por cumplimiento de los objetivos, siempre es un motivo de incentivar a quienes estamos detrás de este complejo mundo de la comunicación publicitaria. La semana pasada escuché una gran frase directo de una persona a la cual admiro mucho por su tenacidad, pasión, fuerza, aplicadas a este difícil mundo de la creatividad publicitaria, es un Master para mi en todo el sentido de la palabra, mi buen amigo John Nuñez, quien sabiamente colocó estas palabras en mi programación: "La publicidad es como la vida, necesita de antagonistas, gente que lleve la contraria. Sabemos que este es un negocio de farsas por eso también necesita gente que diga la verdad, la publicidad necesita gente como nosotros." Y es precisamente en esta última parte donde entramos mi buen John. Gracias por estas palabras que como siempre, crearon un escenario de FE y positivismo para seguir adelante. Me rehuso a que los clientes que te permiten realizar tu pasión se apaguen, aquellos que te acompañan en el camino dejándose guiar, apoyándote, desaparezcan y no lo digo por el dinero, los premios, lo digo por el sistema inmunológico de la publicidad, si no hacemos algo por reforzarlo, entonces la publicidad seguirá enferma como hasta hoy y entonces quien sabe cuánto tiempo más pueda durar.