lunes, 26 de marzo de 2012


Alguna vez escuché acerca de un escrito chino, no me acuerdo si era un cuento, un fragmento de alguna novela, pero decía que nosotros éramos el sueño de una persona que estaba dormida, que en cuanto esta persona despierte, dejaremos de existir. Hoy me enfrento a otra maravillosa leyenda china donde habla que cuando los dioses nos crearon como seres humanos, a todos nos amarraron un cordón rojo en los talones, de esta manera estamos todos conectados, y de una u otra forma tocamos la vida de los demás. Este cordón se puede estirar todo lo que sea, pero jamás romperse.
En automático comencé a pensar en las personas que están hoy en mi vida, a quienes estuvieron y tuvieron que irse un tiempo para después regresar, y a quienes se fueron para no regresar. Tocaron mi vida de una forma positiva, y quienes lo hicieron de manera negativa, de todas maneras me dejaron enseñanzas de mucho valor.