miércoles, 29 de junio de 2016

Llénate de imposibles.

Llénate de imposibles para saber que tu digestión lo hará posible. No duermas mientras estos imposibles se digieren en posibilidades, porque luego al despertar corres el riesgo de que te de amnesia de esperanza. No midas el tiempo, ya que es lo único atemporal que existe. Tienes hambre, y sólo ves pasar los platos bien servidos del éxito ajeno, y tú no sabes si ese platillo se come caliente o frío, de hecho no sabes cuáles son sus ingredientes, y entonces te preguntas si eres intolerante al éxito, esto es normal. Esto es porque te hace falta colocarte detrás de la barra, contar las emociones expuestas en guarniciones, ver que hay de acompañamiento y entonces armar el platillo fuerte, ese al que te vas a enfrentar y que tendrás que digerir una y otra vez, en cada momento que tengas hambre. Quiero hacer memoria, recordar si alguna vez alguien me dijo que hay imposibles ligeros, o imposibles libres de gluten, imposibles orgánicos. He leído acerca de esos, son más complejos de conseguir pero aseguran que ayudan muchísimo a la digestión, por su naturalidad tu sistema digestivo los acepta mejor. No, la verdad es que no me acuerdo. Si te llenas de imposibles, tienes que desimposibilitarte, para que toda posibilidad sea aprovechada por tu organismo y entonces no te canses del éxito, fortaleces tu intensión y te enfocas mejor. Llénate de imposibles para saber que el proceso natural es digerirlos, y cuando un imposible se digiere, pasa por el sistema digestivo de la conciencia, se convierte en ese bolo posible, listo para utilizarse donde quieras y en el momento que quieras. Cuida tu digestión que es lo único que tienes para digerir imposibles.