lunes, 9 de febrero de 2015

Gaia sin ti, a 2 años de trascender.

Querido Maestro tiempo, no sólo mío sino de muchos, me has prestado hasta hoy 730 de tus días, desde el 9 de febrero de 2013 con horas y segundos que tienen espacio y silencio, porque las palabras de uno de mis grandes maestros de vida, mi padre, ya no tienen eco, por lo menos no en el plano de las formas, pero sí en mi mente, que paradoja ¿no? Hoy más que nunca no dejo de escucharte querido padre (“EffeTi” como solías firmar). Hay dos fechas que te marcan sin duda: cuando naces y cuando te mueres, y no sólo te marcan a ti, sino a todos los que te rodean. Pero la marca después de nacer es una, y cuando dejas de vivir es otra. Generalmente es mucho más triste y dolorosa la segunda, pero curiosamente sólo en nuestra cultura, aquella en donde seguimos exponiendo grandes porcentajes de apego, hay seres humanos para quienes el hecho de trascender es un gran motivo de celebración, y yo, para serte sincero, después de ciertos golpes bien puestos del tiempo creo que voy entendiendo, porque no existe mejor lugar para llegar que nuestra verdadera casa, la que no está en este plano. Es curioso como después de utilizar cierto tiempo este espacio en Gaia, en realidad no nos llevamos todo, les dejamos algunos recuerdos a quienes se quedan, la cuestión es que no sabemos de qué tamaño se los dejamos. Por ejemplo, los recuerdos que yo tengo de mi padre son quizá más grandes de los que él piensa que me dejó, en realidad hay mucho que poder pesar, gramo por gramo, pero aún con su gran peso, cada recuerdo me hace ser ligero, fuerte, llevando en sí una magia especial que llena vacíos, espacios y es entonces cuando ya no existen los silencios, son más las presencias. Las enseñanzas continúan, sólo que mi maestro cambió de locación, ahora me enseña desde un lugar menos complicado. 2 años ya querido padre que cambiaste tu cuerpo físico por energía en mis recuerdos, hoy más que tu partida festejo tu vida, la que me diste, la que viviste, a la que te entregaste y la que dejaste ir como un guerrero silencioso que parte a la batalla al amanecer. Romano, gran guerrero romano, eterno amante del coliseo, del calcio, de la cocina, del café y de la grappa, sé que donde estás no hay esto que te estorbe, esto llamado humanidad, creo que sabes perfecto a qué me refiero cuando digo que duele. Donde estás hay más vida, ahí en ese plano, todos son la mezcla perfecta entre amor y divinidad. Seguro lo estás disfrutando, seguro me esperas a que llegue, o probablemente te adelantes y tomes el tren de regreso a este plano a nacer de nuevo, a convertirte en eso que mejor haces, en lo que mejor eres: Ser Humano. El vínculo está hecho, estamos conectados siempre, sólo nos separa la materia, donde a mi me toca cargarla, tú ya la dejaste, pero la cargaste varios años así que sabes de lo que hablo. Dejo estas palabras en la posteridad, si las palabras tienen también la capacidad de ser multidimensionales, entonces seguramente se van a encontrar muy pronto en algún lugar intermedio entre tu dimensión y la mía. 2 años, 730 días y contando para festejar tu vida, tu fuerza, tu magia, tu regreso a casa. “Saber vivir para saber morir” (sólo como el inicio de un nuevo ciclo).