lunes, 12 de septiembre de 2016

Mi parte volátil.

Mi corazón y mi mente hicieron un trato, mientras uno se quedaba conmigo, el otro se iría. Después de un tiempo, el que se había ido regresaba para quedarse conmigo y así se turnarían durante toda mi existencia. Ya fue el tiempo de mi mente, ahora es el tiempo de mi corazón. Vuelve ahora un recuerdo preciso que lo abarca todo en un instante, donde murmuré un último deseo mientras mis manos creaban perfectas visiones etéreas de un cuerpo invaluable que hizo que pudiera reconocer mis alas. Hoy esas alas se quedan en mi, acompañándome en cada viaje, abrazándome en cada vuelo hacia una incertidumbre inebitable, hacia la segunda mitad de mi vida, en cada despliegue de mi corazón. Esta es hoy quizá, la razón de que pueda volar sin viento y sin importar la altura, ni la distancia.

No hay comentarios: