miércoles, 20 de abril de 2016

Grito cuando sueño.

Grito cuando sueño lo que no me gusta, grito cuando siento el sueño de no alcanzar lo que me gusta. Grito cuando hay silencio porque no lo entiendo, grito cuando hay amor porque lo siento, pero también grito cuando, aún habiéndolo, no lo siento. Grito cuando hay una soledad que no merece ser acompañada, grito cuando la soledad me acompaña. Grito cuando me enamoro de hologramas, de esos que no se tocan, pero se ven y se escuchan. No hay un grito que me grite de regreso. No hay quien me grite mientras me duele, no existe en mi línea de tiempo un grito con eco que se repita una y otra vez. Hay gritos que no son míos, y me la paso gritándoles experiencias propias. Gritarle al ruido, ¿qué fin tiene eso? El ruido es una forma en que percibimos la vida con el sentido del oído. Entonces hay vida en un grito. Gritando o callando se va la vida, y la vida es paradoja, ilusión, pero está viva,
al igual que yo.

No hay comentarios: